La interculturalidad es una aspiración y no una realidad pues define la idea de que no hay culturas superiores y que existe una relación de desigualdad, entonces debemos, ante todo, cambiarla.
Las relaciones interculturales pueden enriquecernos en el aspecto político, económico y cultural.
Cuando seamos capaces de general empatía que nos lleva a ponernos en el lugar de los demás, entonces se dará las condiciones para que las diferentes culturas tengan iguales posibilidades de desarrollo.